Carácter inolvidable
Por Alfredo Parga

  A partir de 1946 se conocen infinitos encuentros de la velocidad de Luigi Villoresi. Antes de la guerra, había incursionado corriendo cuanto coche se le acercara, a pesar de que tanto Mercedes como Auto Union dejaban atrás a toda la artillería italiana, falta de potencia y desarrollo.
  A partir de 1950 se anota desde el complicado Mónaco del múltiple choque, que ganaría Fangio por haber visto viejas fotos de una colisión similar. Sería el de 1951 su año más intenso, disputando siete grandes premios. Conseguiría el quinto puesto en los campeonatos de 1951 y 1953 y fue séptimo en 1952.
  Desde 1954 apenas se lo encuentra en la tabla de posiciones. Curiosamente, seguía siendo un referente notable para todos los corredores italianos.
  Los viejos aficionados argentinos lo tienen registrado con carácter inolvidable. A su pelo blanco, a una sonrisa permanente. A su notable condición humana.


Publicado en La Nación, el lunes 25 de agosto de 1997.