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Luego del eclipse, más experiencias en la zona de totalidad
La imagen corresponde al Sol a medida que lo va cubriendo la sombra de la Luna.
La imagen corresponde al Sol a medida que lo va cubriendo la sombra de la Luna.

Texto y fotografías: R. Di Sisto1, E. Fernández Lajús1, Mercedes y Magdalena Fernández Di Sisto.

1. IALP - CONICET, FCAG - UNLP

¿Por qué elegimos la ciudad de Merlo? Si bien la banda de totalidad del eclipse era de 200 km de ancho, la proximidad al centro de la misma garantizaba una mayor duración de la fase de totalidad. Ir lo más al oeste posible de esta banda, permitiría además que el Sol estuviese más alto sobre el horizonte, permitiendo mejor visibilidad y duración de la parcialidad. Teniendo en cuenta esto, hicimos base en la ciudad de Merlo, San Luis, y desde allí nos movilizamos hasta el lugar más alto de la región, conocido como el Filo de las Sierras de los Comechingones, a 2100 m s.n.m. Cientos de personas se reunieron allí. Llevamos nuestros instrumentos: anteojos, filtros, cámara de fotos, cámara oscura y telescopio.

El sobrevuelo de cóndores, parapentes y globos aerostáticos, hacían aun más imponente el paisaje y la vista del Valle de Conlara.

El entusiasmo comenzó a crecer cuando la luna sobrepasó el primer contacto e iba ocultando la superficie del Sol. A medida que la penumbra de la Luna barría la región, el ambiente se fue empalideciendo gradualmente. Los colores del cielo y de las sierras se volvían cada vez más llamativos, haciéndose los azules más intensos y los amarillos más pálidos. 

Y entre gritos, aplausos y gran expectativa vimos cómo el cono de sombra de la Luna iba barriendo la atmósfera hasta que al sobrevenir la totalidad el cono de sombra apuntó directamente hacia nosotros. Los bordes de la umbra podían verse con claridad en su proyección en la atmósfera. El Sol fue ocultado totalmente por la Luna. La fotósfera solar, o sea la región del Sol que vemos brillar comúnmente fue reemplazada por el llamativamente contrastante disco lunar y la "corona" solar comenzó a reinar en la oscuridad.

Por sólo algo más de dos minutos, que parecieron nada más que un instante, tuvimos ese privilegio único del espectáculo más hermoso y a la vez el de poder apreciar esa parte del Sol que nunca podemos ver. Las ciudades y calles del Valle de Conlara se encendieron.Dentro del cono de sombra se distinguían las estrellas y se hizo casi de noche. Se escuchaba y se percibía la emoción de todas las personas.

La salida de la totalidad, fue igualmente maravillosa, con el Sol muy bajo en el horizonte y rojizo por el polvo en la atmósfera baja. Pero volvió la luz y los colores diferentes a medida que iba nuevamente saliendo el Sol, hasta que esa luz se confundió y mezcló con las tonalidades del atardecer. Pudimos registrar el evento hasta el final, con un Sol que se puso eclipsado y deformado por la refracción producida por la densa atmósfera de la Tierra...

 

 

 

Actualizado el 11/07/2019