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Los pibes del Centro Cerrado Castillito volvieron al Planetario UNLP

La semana pasada un grupo de chicos de entre 16 y 18 años del Centro Cerrado El Castillito de La Plata visitaron el Planetario UNLP. Vieron cortos en el domo e hicieron experimentos: simularon hacer despegar un cohete en el parque de la Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas junto a un grupo de extensionistas. Si bien la pandemia detuvo muchas actividades, algunas, como las salidas de los chicos privados de la libertad en los centros cerrados y los talleres del Proyecto de Extensión "Derecho al cielo nocturno" de la Facultad, se mantuvieron. A fines de 2020, en pleno encierro, hubo dos talleres presenciales en Araoz Alfaro y ahora, de a poco, se está volviendo al ritmo pre pandémico.

-¡Qué feo está, qué frío hace!
-Feo es vivir en la calle, maestro.

Según el Informe Anual del Comité contra la tortura de la Comisión Provincial por la Memoria, a diciembre del 2021, la cantidad de población encerrada en la provincia de Buenos Aires ascendía a 516 jóvenes; de ese total, 24 son no punibles, es decir niños y niñas de 15 o menos años. Entre 2020 y 2021, y a pesar que las sentencias y condenas por juicios abreviados aumentaron, el 56% de la población detenida se encuentra bajo medidas cautelares.

Lo dice la CPM: cada vez hay más pibes y pibas presos. "Durante el último año, 61.682 niños, niñas y jóvenes fueron abordados por el Sistema de Promoción y Protección de Derechos. Un incremento del 20% en relación al 2020".

-¿Observan el cielo? Ahora, donde están ustedes, ¿pueden ver el cielo?

-Sólo cuando nos dejan salir al patio.

El proyecto de extensión Derecho al cielo nocturno nació en 2013 y el objetivo es posibilitar el acceso a derechos fundamentales de adolescentes en conflicto con la ley penal privados de su libertad en Centros Cerrados y Centros de Contención. Se realizan talleres de Astronomía y visitas al Planetario UNLP, entendiendo que el acceso a la educación y la recreación es una parte fundamental del ser humano. Y, desde el 2014, la Dirección Provincial de Institutos Penales avala el proyecto y autoriza el ingreso de los extensionistas a las instituciones. De hecho, la referencia está construida: hace unos meses uno de los Centros, el Ibarra, visitó el Planetario porque recordaban que era un espacio amigable con los chicos.

Hasta antes de la pandemia, el proyecto trabajaba en los Centros Cerrados en Abasto y La Plata: Centro Cerrado Aráoz Alfaro, Castillito, C.O.P.A, Carlos Ibarra, Francisco Legarra, Pellegrini, Eva Perón y en los Centros de Contención Santa María de Pelletier y Hogar de Tránsito.

"Pero la pandemia fue terrible", dice Rodrigo Haack, estudiante de astronomía y uno de los integrantes del proyecto. "Las actividades salieron re bien. Lo más importante es que ellos hayan salido a la calle y lo hayan disfrutado", agregó. Fue la primera vez que los chicos que están en Castillito salían a la calle después de la pandemia de COVID-19.

-Yo soy de Moreno, yo soy de Lomas de Zamora. Y yo de Quilmes. Acá de Monte Grande, yo de Lobos, él de Morón.
¿Qué les parece que se hace en un Planetario?
-Se miran los planetas.
-De alguna manera, simulamos el Universo, nos pegamos un buen viaje por el Universo.
-Noooo ¡bien cheto! ¡Ahí está la Luna!


Los que pudieron salir fueron ocho de los 16 pibes que están privados de la libertad en Castillito. "Seis no pudieron venir porque entraron hace poco y no llegamos a hacer el pedido. Hay otros dos que no pudieron porque el Juez no los dejó, les rechazó el pedido. Hay uno en particular que en estos meses salió como cuatro veces para ir a funerales de su familia, está muy triste. Le hubiera venido bien salir para despejarse", dice uno de los coordinadores que acompañó al grupo.

"Ellos se re prendieron pero, además, hubo mucha predisposición desde el equipo de docentes y coordinadores que acompañaron al grupo en representación de El Castillito", agrega Haack.

La jornada tuvo dos momentos. La primera, dentro del domo del Planetario UNLP, con la proyección de algunos cortos y, con la charla de los guías y extensionistas, charlaron sobre los puntos cardinales, la Tierra, el Sistema Solar y los planetas. "La actividad en el Planetario funcionó para dimensionar al cielo como una presencia constante", dice Haack. Y la segunda, afuera, en el parque de la Facultad, buscó jugar: usar los dispositivos creados por el taller mecánico de la Facultad para, con una botella llena de agua y un poco de presión de aire, simular el despegue de un cohete al espacio. Durante unas horas despegaron botellas propulsadas por aire desde el jardín de la Facultad. "En 9 meses no tuvieron ninguna salida recreativa y es algo clave para la salud de ellos", dice Rodirgo y recuerda cómo se divirtieron. Después, llegó el turno del almuerzo: sánguches de milanesa, unas pizzas, coca y alfajores para todos.

Fue una buena jornada. El grupo de extensionistas quedó muy contento con la posibilidad de que se retomen las actividades y, para los coordinadores de Castillito, también quedó abierta la posibilidad de que se sigan haciendo actividades. "Está la posibilidad de pensar hacer una actividad extraordinaria antes de fin de año", agrega Haack.

Y ya, para el año que viene, proyectar actividades como hacían antes del ASPO. "Tal vez traer a los que no pudieron venir porque el juzgado no lo permitió, o porque hacía poco tiempo que estaban acá", dicen desde la Facultad. "El proyecto está calentando motores. Queremos que la gente vuelva a acercarse, que se vuelva a armar un equipo de extensionistas, tratar de llegar a gente que no hemos llegado. Sería bueno sumar a otras Facultades y otras disciplinas, armar un equipo interdisciplinario", reflexiona Haack.

"Es cierto que existiendo en la Argentina actual déficits de alimentación, higiene, salud, como altos niveles de violencia dentro de las cárceles, pensar el derecho a contemplar el cielo estrellado o a sentir la lluvia sobre el cuerpo puede sonar inocente, extravagante, romántico o hasta canallesco. Pero no, decimos que nada es incompatible en el contexto carcelario que sea, y para toda persona presa (aun en el dantesco infierno de todos los círculos y las crueldades), el derecho a contemplar la bóveda celeste es una necesidad humana de los encerrados, como lo es el deseo de absoluto y el rezo en la celda. Y ya no como parte del derecho a tener una abertura en la celda para proyectar la mirada, sino como parte del esparcimiento. En el cielo, la proyección de la libertad de quien está solo y espera, estar con alguien", escribió Julián Axat en Página /12 cuando surgió el proyecto de El derecho al cielo nocturno.

 

Actualizado el 22/09/2022