¿Pueden haber sismos en la cuenca de Neuquén? ¿El fracking pudo haber afectado el equilibrio tectónico en la zona? Los mapas que muestran la peligrosidad sísmica de la Cuenca Neuquina, y del país, fueron realizados por INPRES en base a información sísmica hasta 1983. Andrea Rodríguez es Geofísica recibida en la Facultad de Cs. Astronómicas y Geofísicas y su tesis tuvo que ver con la actualización de los mapas de peligrosidad sísmica en la Cuenca Neuquina. Dialogamos con ella para conocer mejor el tema que presentó para graduarse.

 "Hay estudios, en otras partes del mundo, que afirman que la excavación de pozos -ya sea para la inyección de agua o la extracción de hidrocarburos- pueden alterar los regímenes de esfuerzo bajo la superficie y en algunos casos, estas perturbaciones de los esfuerzos pueden desencadenar un evento sísmico. En el caso de la Cuenca Neuquina, no contamos con la información sísmica necesaria para analizar la sismicidad de base y por eso, no es posible llegar a una conclusión acerca del origen de la actividad sísmica en la zona. Nuestro análisis se basó en la sismicidad natural registrada por redes tanto locales como globales.", dijo Rodríguez. 

¿Por qué la cuenca neuquina? 

Mientras Andrea buscaba un tema de tesis, empezó a darse cuenta que en los medios se hablaba mucho de sismos en la cuenca neuquina: "No había investigaciones profundas publicadas ni datos certeros, pero se hablaba de la sismicidad de Neuquén, o de una potencial sismicidad inducida. A mí el tema de la peligrosidad sísmica siempre me interesó. Y como podía elegir cualquier lugar del planeta para desarrollar la investigación y no era necesario estar físicamente en la Cuenca Neuquina para llevar adelante la tesis, decidí que podía ser un interesante desafío".

Andrea Rodríguez se puso a mirar los mapas de peligrosidad sísmica del INPRES, el Instituto Nacional de Prevención Sísmica, el ente autárquico que estudia y previene el riesgo sísmico en todo el país. "Me di cuenta que los mapas de peligro sísmico que había de la cuenca de Neuquén databan de 1983", dijo. "La zona está muy estudiada, pero tal vez no desde el lado sismológico. Nosotras -mi Directora de tesis y yo- nos propusimos realizar un mapa de la peligrosidad sísmica en la cuenca, generando nuestra propia base de datos en base a la información disponible en redes abiertas. Si bien hacemos una pequeña mención teórica sobre la sismicidad inducida, no tenemos datos certeros de lo que pasa en la zona y no podemos sacar ninguna conclusión", agregó. El trabajo fue dirigido por la Dra. en Geofísica María Laura Rosa y se publicó en marzo de este año. 

"¿Cómo es posible que los mapas de peligrosidad sísmica en uso estén tan desactualizados? Creo que es necesario que ésta información sea actualizada con cierta regularidad. Desde 1983 a la fecha han ocurrido eventos sísmicos tanto en argentina como en zonas aledañas que hace falta que se incluyan en una nueva determinación de la peligrosidad sísmica, por un lado para conocer mejor los valores de aceleración del suelo esperados en el país pero también porque estas determinaciones son las bases para el cálculo y determinación del riesgo sísmico", reflexiona.

¿Qué es la sismicidad natural y la sismicidad inducida? 

La sismicidad inducida tiene que ver con los movimientos sísmicos que son causados como consecuencia de ​ la actividad antropogénica en una zona, donde ésta tiene el potencial de alterar los regímenes de esfuerzo bajo la superficie.

"En la tesis cité algunos ejemplos que afirman que, a partir de estudios de excavación de pozos -ya sea para la inyección de agua o la extracción de hidrocarburos- bajo ciertas condiciones, éstas podrían generar situaciones de redefinición de los esfuerzos bajo la superficie y, como consecuencia se pueden detectar sismos de baja magnitud, agrega Rodríguez. 

"En la cuenca neuquina no hay ese tipo de estudios. Nosotras usamos los datos abiertos, que representan a la sismicidad natural de la zona, y nuestro catálogo tiene información sismológica de la cuenca desde 1920 a diciembre de 2020, que fue la fecha elegida para analizar. Puntualmente la zona donde se reportan los eventos "nuevos" por decirles de alguna manera, no tuvo una buena cobertura instrumental a lo largo del tiempo, es por eso que pueden haber faltantes de datos de este tipo. Y también es por eso que no es posible sacar conclusiones de su origen, sostiene.   

¿Por qué no hay datos en la zona? Para la Geof. Andrea Rodríguez tiene que ver con que no hay buena cobertura de instrumental en el lugar. "Puede tener que ver con la falta de fondos para invertir en el instrumental", imagina. Para llevar a cabo proyectos como es la extracción de hidrocarburos o la construcción de una represa en una zona, por ejemplo, antes es necesario analizar desde el punto de vista geológico y/o geofísico la zona para tener un mejor conocimiento de la región y poder analizar el comportamiento de dicha área antes y después de las actividades realizadas en ella. "No tenemos tantos equipos en la Argentina, y los que hay, no tienen una muy buena distribución. Haría falta una inversión grande para tener más estaciones y de esa manera ser capaces de detectar eventos, sobre todo de baja magnitud", agrega. 

Lo cierto es que la Cuenca Neuquina siempre tuvo una peligrosidad sísmica de baja a moderada: "Hay una obligación de tener el instrumental; ya se sabe que existe una peligrosidad, no es algo nuevo. Tengo entendido que hay una intención de poner más instrumental. Después, otro debate es si los datos son abiertos o no; porque a veces lo que pasa es que son datos privados que son insumo para alguna investigación en particular", sostiene. 

Estos gráficos muestran en 3D la distribución espacial de los sismos en la región. Se puede distinguir una parte de la placa de Nazca en subducción en la zona de estudio (en color azul). 

La curiosidad como guía

A Andrea siempre le llamaron la atención los fenómenos naturales: "Me asombraba ver las noticias y enterarme de que, en algún lugar, se había caído un edificio entero a causa de un terremoto. Me generaba mucha intriga y quería entender por qué en algunos lugares había terremotos, como en esos lugares que pasaban en la tele y en cambio en mi ciudad, no", dijo. 

"Cuando me puse a buscar qué podía estudiar, quería una carrera que estudiara los terremotos, los volcanes, las tormentas; ¡quería que estudiara todo! Pero me llamaban mucho más la atención los terremotos. Lo primero que encontré fue Geología, pero no me terminaba de convencer. Así es que seguí buscando. En 2010 empecé a estudiar Geofísica y, la verdad, fue muy duro al principio, porque yo venía de Humanidades, nunca había estudiado tanta matemática". 

Dentro de las cosas que Andrea destaca de su paso por la Facultad, reconoce el trabajo cuerpo a cuerpo que hacen las y los docentes del curso de nivelación a la hora de acompañar a estudiantes durante los primeros pasos en la vida universitaria: "A mí me sirvió un montón porque creo que sin esa base, no sé cómo hubiese arrancado en Cs. Exactas.  Cuando alguien empieza a estudiar Geofísica, además de estudiar en nuestra Facultad, en el Observatorio, hay que cursar en  Cs. Exactas que tienen otra metodología y son otra cantidad de estudiantes.
 
"Yo quería llegar a la sismología; para mí representa casi toda la carrera. Hasta tercero cursas las materias como las matemáticas y las físicas, pero después en cuarto y quinto llegan las más específicas. Análisis de señales, de tercero, te da las herramientas para todo lo que viene más adelante. Las materias de quinto son todas súper, súper interesantes y son igual de importantes. En particular, Métodos Sísmicos de Prospección, que es anual, es una de las mejores materias que cursé. 

Como sugerencia a quienes elijan estudiar Geofísica, Andrea dice, "creo que podés hacer tu propio recorrido, vas a encontrar dentro de la carrera el tema que más te interese". 

Podés descargar Análisis de la peligrosidad sísmica en la región de la Cuenca Neuquina, de Andrea Rodríguez acá.