El 1° de julio de 1885 se realizaron las primeras observaciones meteorológicas y dicha actividad continúa aún en la cuarentena. La realizan técnicas y técnicos meteorológicos de esta Facultad. Dialogamos con uno de ellos, el Téc. Federico Berisso.

A la izq. Juan Augusto Díaz y Federico Berisso.

El personal técnico meteorológico de la FCAG es el responsable de realizar los relevamientos y el vuelco de datos que permiten hacer un registro regional de las lluvias, vientos, humedad, temperatura, presión, mediante los diversos instrumentos ubicados en el predio de esa Facultad. Muchos de estos registros son requeridos por instituciones privadas y del Estado, útiles para la economía, la ciencia, y también para la justicia a la hora de intervenir en algún hecho donde es necesario saber cómo eran las condiciones meteorológicas en el momento de lo sucedido. Ni siquiera la trágica lluvia del 2 de abril de 2013 impidió que un técnico meteorológico, Néstor Rossi cubriera el turno de las 21.00h cuando su compañero Alberto Torroba -quien iba a realizar su trabajo- quedó varado y en riesgo al inundarse su auto.

Los registros meteorológicos en tiempos de pandemia

Federico Berisso cuenta sobre las primeras decisiones en tiempos de pandemia, "el día que se decretó la cuarentena obligatoria, nos comunicamos entre los observadores, y de común acuerdo, junto con la dirección del Departamento, se decidió continuar con las observaciones meteorológicas tridiurnas -9.00, 15.00 y 21.00h- diarias". La Jefa del Departamento de Sismología e Información Meteorológica, Dra. Nora Sabbione, "gestionó ese mismo día una autorización escrita especial del Decano de la Facultad -Lic. Raúl Perdomo- a modo de credencial que acredite la movilidad fuera de la casa para realizar el trabajo. En dicha nota figurábamos los observadores que venimos a trabajar. Luego, cuando se habilitó desde el gobierno nacional, vía Internet sacamos el permiso de circulación que se pedía para justificar el tránsito por la ciudad. Este trámite fue algo engorroso, ya que la página no siempre funcionaba y había que encontrar un rubro que nos correspondiera y pedir datos del responsable. También la primera vez hubo algunas dificultades para tener el permiso impreso, ya que no todos tenemos impresora en nuestra casa".

"La tarea la distribuimos en turnos, como lo hacemos habitualmente en períodos de receso, como una guardia, con comunicación directa para cubrirnos ante cualquier eventualidad. Habitualmente somos cuatro personas para todos los días de la semana y en todos los horarios de las observaciones. Hemos tenido que reemplazar a uno de nuestros compañeros, ya que está incluido dentro de las personas que tienen mayor riesgo, por lo tanto no puede realizar la tarea".

Federico Berisso agrega que los permisos sirvieron, incluso los primeros, ya que varios de ellos fueron controlados en la vía pública. "También seguimos procedimientos de higiene y limpieza cada vez que venimos a la Estación, como limpiar con agua con lavandina todo lo que tocamos, utilizar barbijos, etc.".

Instrumental de la Estación Meteorológica de FCAG. Al fondo, torre con instrumentos meteorológicos.

Quiénes son las y los observadores meteorológicos que están cubriendo las guardias

Juan Augusto Díaz, generalmente realiza observaciones y el cambio de bandas de sismógrafo.
José Rossi, hace observación y cambio de bandas del sismógrafo.
Irina Vigiani, hace las observaciones de tarde y noche.
Martín Torroba, hace las observaciones de tarde y noche.
Verónica Rafart, está disponible como suplente volante.
Federico Berisso, realiza observaciones y salidas de mantenimiento a las estaciones de la Red Meteorológica Universitaria.

Martín Torroba e Irina Vigiani.

Historia ¿Por qué era necesario tener registros meteorológicos?

 El Prof. Enrique Jaschek reseñó en un artículo de su autoría, "las autoridades de la Provincia de Buenos Aires necesitaban datos meteorológicos de todo el territorio de su jurisdicción, que fueran útiles para las actividades agropecuarias, la estimación de las crecidas de los ríos que la atraviesan y fines estadísticos diversos, algunos de ellos vinculados a la incidencia de esos valores en los índices de morbilidad de diversas enfermedades.

Por decreto del 2 de junio de 1886 se decidió que el Observatorio Astronómico configurara y erigiera una red de catorce estaciones meteorológicas. A dicho efecto se seleccionaron otras tantas ciudades o poblados que iban desde San Nicolás de los Arroyos hasta Carmen de Patagones y desde General Lavalle hasta Trenque Lauquen. Las tareas observacionales en ellas debían ser realizadas por maestros o directores de escuelas públicas.

No obstante el claro mandato, la creación de esta red recién cristaliza a principios de 1893, tras haberse reducido su número a doce y efectuarse algunos cambios de ubicación. A comienzos de 1895 se ordena la creación de sesenta y siete estaciones pluviométricas, de las cuales solo se instalan sesenta y dos, transformando las cinco restantes en estaciones meteorológicas completas.
El funcionamiento de doce estaciones iniciales permitió editar a partir del 2 de setiembre de 1893, la primera "Carta del Tiempo" realizada en el país. Como era de esperar, ella sólo se refería a la Provincia de Buenos Aires, pero antecede en casi nueve años a la primera Carta de alcance nacional".

Millones datos desde 1908 a la actualidad

 "En 1902, y por diversos motivos, dicha red pasó a la entonces Oficina Meteorológica Argentina (OMA), la cual era de alcance nacional. Con ello desaparece no sólo la red meteorológica provincial, sino también el entusiasmo local por la recolección de datos del tiempo. Entre setiembre de 1902 y hasta el 31 de diciembre de 1907, en La Plata sólo se realizan las observaciones diarias que se habían convenido con la OMA y recién retoma una ordenada y regular secuencia desde 1908. A lo largo del período mencionado, las observaciones son discontinuas, el material obtenido no fue asentado ni analizado sistemáticamente, ni tampoco aparece en los archivos.
A lo largo de tantos años, fueron recogidos datos por observación directa en forma tridiurna".